Estimados alumnos y pacientes, me resulta difícil a veces colaborar, aportar un granito de arena, al mar de las terapias espirituales para no perder la esencia.
Veo con cierta preocupación como la humanidad avanza en términos tecnológicos pero, a los terapeutas nos cuesta, en algunas ocasiones, integrarnos con este proceso de cambio. Si desean ver un video sobre este tema presione el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=5I1hD_rFHtM
No debemos olvidad que SANAR es un estado de espíritu. En realidad, siempre les comento a mis alumnos y converso con mis pares terapeutas que no basta con poder colgar un diploma ni con acumular cierto número de conocimientos mentales y mecánicos para convertirse en terapeuta.
Siempre intento releer los textos, y cada vez que lo hago encuentro una “perlita” que tenía la sensación de no haber leído. Esto me pasa cada vez que “visito” Así Curaban Ellos de Daniel Meurois-Givaudan Entonces, he decidido transcribir estas ideas para aclarar mis pensamientos, y explicar mejor mis ideas.
En el mencionado texto dice en la página 7. “Los estudiantes terapeutas de Egipto y de la fraternidad esenia no se reclutaban en primer lugar entre los que se mostraban capaces de absorber pura y simplemente un conocimiento. Eran observados durante largos meses, a veces durante años, con el fin de comprobar su humanidad profunda y su resplandor.”
“La facultad de escucha y el carisma eran las primeras cualidades buscadas por los instructores que tenían por misión escogerles y formarles. La cualidad de terapeuta es el resultado ante todo de un estado de espíritu.
En las clases de REIKI, en todos los niveles de este sendero tan sublime, tuve la posibilidad de encontrarme con personas extraordinarias, en su gran mayoría.
He aprendido de ellas más de lo que he tratado de enseñar. Pero, también tuve la posibilidad de formar terapeutas que “escondían” su proyecto de vida, es decir que tenía solo una visión comercial de la terapia. Jamás diría que está mal .Solo que se hace muy difícil explicar que es estado de espíritu.
Y vuelvo a tomar frases del libro mencionado, con las cuales me identifico. “Cuando hablamos de estado de espíritu, nos situamos, por definición, más allá de estado del alma, es decir, más allá de las posibles y fluctuaciones de nuestros humores, de nuestras emociones, y por tanto de los azares de nuestra vida personal.”
“Desde esta perspectiva, el espíritu al que nos referimos constantemente corresponde a lo que los orientales, llaman Atman, el diamante absoluto de nuestra Conciencia.
Se trata de la Esencia de nuestro ser, de Lo que en nosotros no puede ser ensuciado, no puede ser herido.” “Hablamos de la parte más virginal y más potente de nosotros mismos, de La parte que está, por naturaleza, en contacto estrecho y permanente con la Realidad divina”.
Con este espacio abierto en el Infinito es con el que nuestro santuario de terapias tenderá a ponernos en resonancia.” En uno de mis artículos, he intentado explicar, para mis alumnos de Reiki que somos canales, y que significaba. Es muy fácil realizar un “baño” de humildad diciendo esta frase “solo somos un canal”.
Pero…somos canales? Canales de que? Según algunas culturas como Japón (Ki), China (Chi) o hindú (Prana), esta energía vital se encuentra en todas las cosas, todo es una expresión de energía. Rei es la luz, la conciencia que sustenta ese poder, el Shiva, el Ser, la inteligencia que vive dentro de todos y cada uno de nosotros, y en cada partícula de materia o energía.
REIKI es el poder inteligente del cosmos, que se manifiesta a escala global. Un practicante de REIKI es aquella persona que está sintonizada conscientemente a esta fuerza universal y que por tanto se deja guiar por su sabiduría intuitiva.
Su efecto terapéutico se produce cuando el practicante de REIKI dirige la energía vital universal al paciente, mediante una serie de imposiciones de manos, en las que el practicante coloca sus manos a pocos centímetros del receptor.
Todos los que conocen el ámbito de las terapias energéticas saben bien que un terapeuta solo es el camino privilegiado elegido por la Corriente universal de vida para proponer la curación. Y en el texto indicado anteriormente, también tiene una expresión con la cual me identifico totalmente y expresa: “Desde esta orientación interior, las terapias nunca son una realización desde el ego del terapeuta. Este se convierte solo en el intermediario entre las dimensiones de lo Sutil y nuestro plan de existencias terrestre.
Esto significa que la curación propiamente no le pertenece. No manifiesta su desafío personal ya que no está en guerra contra nada. No combate, sino que se esfuerza en pacificar, en restablecer los vínculos cortados y en restaurar los puentes por los que las corrientes vitales podrán de nuevo jugar su papel.
Cuando comprendemos el significado de todo ello, estamos obligados a admitir que es la mirada global del terapeuta sobre sí mismo y sobre la vida la que debe permanecer vigilante en el sentido de una búsqueda permanente de la verdad.
En el frontón de ciertas Casas de Vida egipcias se podía leer la siguiente inscripción: Ofrecemos lo que somos.
Esto mostraba que se buscaba ante todo la transparencia y que solo la fluidez del ser del terapeuta permita que cierta luz sanadora se expandiera a través de él. Partiendo de esto, debe comprenderse que la intensidad de una terapia de naturaleza energética es proporcional a la humildad, en el sentido noble del término, con la que sea dispensada.
Del mismo modo, la destreza de ciertos terapeutas esenios resultaba ante todo de un estado de Servicio incompatible con toda idea de dominación de cualquier vibración.
En realidad, la verdadera destreza es radicalmente ajena al concepto de dominación. Dominar es someter, mientras que tener destreza significa entrar en una comprensión íntima global y adquirir así la altura necesaria para alcanzar el objetivo buscado. En este estado de espíritu, la idea de tener que probar algo no debería ni siquiera ocurrírsele al terapeuta.”
Hace un tiempo a un Paciente que sufría de un cáncer (un tumor en el apéndice) y me comentó que el médico tratante le había dicho que su avance era excelente, y que la quimioterapia, había realizado un trabajo óptimo. Entonces el Paciente me comenta que el creía que los tratamientos de REIKI, habían logrado ese avance.
Entonces le comente una anécdota que recuerdo del Maestro Jesús. Este provenía directamente de la comunidad esenia de Palestina. Le llamaron para que fuera al lecho de una mujer que sufría desde hacía días fuertes dolores abdominales. Cuando le rogaron que interviniera, sencillamente posó las manos sobre el vientre de la enferma y después se marchó.
Esa noche, preguntó por el estado de la mujer que había curado. –Vuelve a estar bien, todo dolor ha desaparecido- le respondieron -, pero algunos dicen que fue la decocción de plantas que bebió un poco antes de tu llegada la que la ha curado... –¿Y bien? -volvió a decir de nuevo con un tono más bien divertido- ¿No me has dicho que estaba curada? Eso me basta.
Esta anécdota ilustra muy bien por sí misma un nivel de conciencia que merece reflexión. Hoy día vivimos en una sociedad en la que cada uno es educado con el reflejo de tener que probar constantemente su propio valor, su propio éxito. La noción de resultado está igualmente omnipresente, convirtiéndose poco a poco en un veneno para el alma y para el cuerpo.
Entonces mi opinión, que trato de poner a consideración de mis alumnos y pares es que a un verdadero terapeuta no le importa cuál haya sido el método que haya puesto fin a un sufrimiento. Los invito a reflexionar, y volver al inicio de esta nota, SANAR ES UN ESTADO DE ESPIRITU.
LUIS MIGUEL DEINO Master Reiki Usui Tradicional CENTRO SIGALIT
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